Montecristo


Montecristo, una marca cubana fundada en los años treinta, fue considerada como la más selecta del país hasta que en 1968 se creó Cohiba. Hoy en día Montecristo sigue vendiendo más cigarros que cualquier otra marca cubana, superando los treinta millones de unidades. En España, la mayoría de los Habanos a la venta corresponden a esta marca; en Francia, ocupan una gran parte del mercado, y en Gran Bretaña y Suiza son igualmente populares. Inconfundibles por su capa, carmelita claro, ligeramente aceitosa, los Montecristo poseen un sabor picante único. Su caja es casi tan célebre como su sabor: el atractivo diseño de las espadas cruzadas y la flor de lis hacen referencia a El conde de Montecristo, la célebre novela de Alejandro Dumas. Los Montecristo han ganado todos los premios y trofeos a los que se han presentado desde su creación. Tienen la reputación de ser los mejores cigarros del mundo, los más vendidos y los más imitados.Sin embargo, en los últimos veinte años, se ha devaluado de algún modo su reputación, por la que actualmente vuelven a luchar e intentan mantenerse en su lugar. 

Historia

La marca fue creada en 1935 por las familias Menéndez y García. Ambas familias se habían unido doce años antes para crear unos cigarrosde máxima calidad, los Particulares, que vendían localmente. El Montecristo es el resultado de la experiencia de ambas familias, que pretendían hacerse un hueco en el mercado internacional. Así que promocionaron el Montecristo como un cigarro de prestigio, denominando a los cinco primeros modelos, con originalidad,  1,2,3,4 y 5. Su éxito en los Estados Unidos fue tal, que el nombre de Montecristo se convirtió en sinónimo, en la mente de los consumidores, de los cinco mejores cigarros del mercado. Aprovechando la ola de celebridad, la compañía de Menéndez y García pronto adquirió las marcas H. Upmann y Por Larrañaga, convirtiéndose, en 1939, en los mayores productores de cigarros en Cuba. Veinte años después, sin embargo, la revolución los expulsó al exilio. Las familias todavía se querellan y contestan el derecho del Mássimo Líder (Castro) a usar el nombre de Montecristo, intentando repartir su pastel con la fabricación de una marca de cigarros con el nombre, sutilmente velado, de Montecruz (actualmente se hacen en la República Dominicana). A pesar de la adversidad, el Montecristo dominaría el mercado en la década de 1980. Naturalmente, los cubanos le daban un status especial, puesto que estos cigarros eran los representantes de su artesanía y su buen hacer, un privilegio que finalmente recaería sobre los Cohiba a partir de 1982. Más información
Información adicional en Habanos S. A.

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